Un día me llamó una chica a mi consulta personal de tarot preguntándome acerca de su marido. Su voz me delató que tenía algún tipo de problema con él y luego las cartas me lo confirmaron. Ella me dijo que notaba a su marido extraño últimamente y que en días anteriores había olido un extraño perfume de mujer en la camisa de su marido. Yo sabía que lo que le tenía que decir iba a ser muy duro para ella, no solo por el affair de su marido sino porque yo veía en las cartas una nueva vida, es decir: estaba embarazada.
Se lo dije de la mejor forma posible, porque hay que decir siempre la verdad aunque duela. Ella se quedó muy extrañada porque me dijo no saber que estaba embarazada. A los días me llamó confirmando la noticia que yo anteriormente le había dado, llevaba una nueva vida en su vientre. Todo parecía negro para la dulce chica, pero las cartas me dijeron que no todo iba a ser negro en su vida, ya que el niño no vendría con un pan bajo el brazo, pero sí con un nuevo amor.
Las cartas volvieron a dar en el clavo, su médico ginecólogo se enamoró de ella y actualmente hace de padre de su criatura.