Rituales, hechizos y conjuros gratis

Desde que empecé hace años en el mundo del tarot y el esoterismo, he ido haciendo conjuros, rituales y hechizos que han pasado de generación en generación a través de mi familia.

Mi tía también tenía un don y ella siempre vió en mí que yo poseo las mismas dotes que ella. Ella tenía la habilidad de curar con las manos algunas enfermedades leves. Yo tengo el don de saber qué pasará en el futuro y muchas veces tengo premoniciones.

Ella me reveló los secretos que un día yo le revelaré a mis descendientes y que así pasará de padres a hijos por el resto de los días.

Los dones son para compartirlos, así que estoy a vuestra disposición y si alguien quiere hablar conmigo solo tiene que llamarme.

Besos

¿Qué es la videncia?

Mucha gente cree en la videncia y otras muchas personas no creen en ella porque dicen que no es cierta y que es cuento de la persona que la practica.

La videncia es un sentido, es como un sueño estando despierta, es un sexto sentido que nos permite ver el futuro con claridad y nos ayuda a tomar decisiones de forma correcta.

Yo tengo videncias desde niña, y he podido ayudar a mucha gente con mi don. Por teléfono también puedo conectar con la persona que me llama y ayudarla, aunque tengo que reconocer que es mucho más fácil en persona.

No hay más ciego en la vida que el que no quiere ver, y no hay más necio que el que no se quiere ayudar.

Déjame ayudarte.

El tarot sin fallos está aquí

Yo llevo muchos años en el mundo del tarot y conozco a muchas tarotistas famosas y sé quién es buena y quién es un producto.

El otro día estuve hablando con mis amigas de Tarot Sin Fallos acerca de los deshumanizado que está el mundo del tarot y de las ganas que tiene la gente de sacarle el dinero a los demás.
Estamos preocupadas porque a nosotras eso no nos gusta y creémos que perjudica a nuestra imagen. Como todo en esta vida hay quien se toma las cosas en serio y quien lo hace por hacer.

Solo espero que la gente sepa ver la que vale y la que no.

Besos

Tarot online, una nueva experiencia

Desde hace unos meses estoy trabajando para Tarot Real donde tiro las cartas en vivo y en directo y así la gente que llama a la linea de tarot me puede ver, sin trucos, sin engaños, sin trampa ni cartón. Está muy bien poder trabajar así, detrás de una cámara donde la gente te puede ver, porque es un servicio de tarot mucho más cercano y familiar. Hay más gente trabajando aquí, pero si alguien llama preguntando por mí, pues yo les atiendo y si no estoy yo les atiende una compañera.

Nunca me habían dicho que tengo las manos bonitas, la verdad es que me sorprendió porque yo ya tengo una edad, pero me hizo mucha gracia. Me lo han vuelto a decir un par de veces más. Primero fue una chica y luego un chico.

Bueno, esta es una forma más salir adelante en la vida con el tarot, ya que todos tenemos que comer, ¿verdad? y qué mejor que hacerlo con algo en lo que crees y te gusta.

Besos

Un extraño perfume

Un día me llamó una chica a mi consulta personal de tarot preguntándome acerca de su marido. Su voz me delató que tenía algún tipo de problema con él y luego las cartas me lo confirmaron. Ella me dijo que notaba a su marido extraño últimamente y que en días anteriores había olido un extraño perfume de mujer en la camisa de su marido. Yo sabía que lo que le tenía que decir iba a ser muy duro para ella, no solo por el affair de su marido sino porque yo veía en las cartas una nueva vida, es decir: estaba embarazada.

Se lo dije de la mejor forma posible, porque hay que decir siempre la verdad aunque duela. Ella se quedó muy extrañada porque me dijo no saber que estaba embarazada. A los días me llamó confirmando la noticia que yo anteriormente le había dado, llevaba una nueva vida en su vientre. Todo parecía negro para la dulce chica, pero las cartas me dijeron que no todo iba a ser negro en su vida, ya que el niño no vendría con un pan bajo el brazo, pero sí con un nuevo amor.

Las cartas volvieron a dar en el clavo, su médico ginecólogo se enamoró de ella y actualmente hace de padre de su criatura.

Tocada por un ángel

Desde que tengo uso de la razón, creo que tengo un don que me hace especial y que me hace predecir el futuro. Todo comenzó cuando siendo muy niña y estando en cuna, mi madre vio como me quedaba siempre embobada mirando hacia un punto en concreto de la sala donde estaba mi cama. Pasaron los años y con el tiempo a mi madre le dio por mirar en ese punto donde yo encontraba mi calma interior y mi paz celestial. La sorpresa de mi madre fue al ver que en la pared había una marca parecida a la humedad de las paredes, pero que tenía forma de ángel. Ese era mi lugar favorito, el lugar donde siempre me escondía y el lugar donde tenía visiones de cosas que pasarían futuramente. Poco a poco empecé a tener esas visiones de futuro en cualquier lugar donde iba. Todavía recuerdo aquel día en el que yendo a una revisión periódica al médico, este me dijo que tenía una mancha de nacimiento con forma de ángel en la espalda. Mi madre cuando me vio la marca dio un grito de asombro ya que el ángel era el mismo que teníamos en la pared de mi casa. Desde entonces siempre he podido decir que tengo un ángel que me ayuda en las decisiones y que me ayuda con los problemas de la gente.

Visión de una muerte

Mis visiones son cosa normal en mí desde que era pequeña. Todos en el colegio me miraban de reojo cuando pasaba por los pasillos porque todos sabían que yo no era como las demás. Un día estando en clase, recuerdo que ví una sombra en el rostro de mi profesor de lengua. Al acabar la clase dudé en contarle lo que había visto en él, pero sin más dilación me aventuré a explicarle lo que sentía y lo que veía. Mi profesor me tomó por una loca y me dijo que querría hacer una tutoría al día siguiente con mis padres. Ellos ya sabían que yo no mentía porque con esas cosas no se juegan, por lo que me creyeron y decidieron ir a la tutoría con el mal aventurado profesor.

Era un nuevo día y yo ya no me acordaba de la terrible sensación que noté al ver la sombra en el rostro del profesor de lengua, pero supe que algo iba mal cuando vi las caras de mis padres. Lejos de reñirme por lo que le dije al profesor, me abrazaron y se pusieron a llorar: el profesor de lengua había tenido un accidente y había muerto.

Hasta aquí puedo contar.